EMULSIONANTES
Muchos alimentos son emulsiones de dos
fases, una acuosa y otra grasa. Una emulsión consiste en la dispersión de una
fase, dividida en gotitas extremadamente pequeñas, en otra con la que no es
miscible. Una idea de su pequeñez la da el que en un gramo de margarina haya
más de 10.000 millones de gotitas de agua dispersas en una fase continua de
grasa. Las emulsiones son en principio inestables, y con el tiempo las gotitas
de la fase dispersa tienden a reagruparse, separándose de la otra fase. Es lo
que sucede por ejemplo cuando se deja en reposo una mezcla previamente agitada
de aceite y agua. Para que este fenómeno de separación no tenga lugar, y la
emulsión se mantenga estable durante un período muy largo de tiempo se utilizan
una serie de substancias conocidas como emulsionantes, que se sitúan en la capa
límite entre las gotitas y la fase homogénea. Las propiedades de cada agente
emulsionante son diferentes, y en general las mezclas se comportan mejor que
los componentes individuales. Como ejemplo de emulsiones alimentarias puede
citarse la leche, que es una emulsión natural de grasa en agua, la mantequilla,
la margarina, la mayoría de las salsas y las masas empleadas en repostería, entre
otras.
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